En estos días de tanta agitación e incertidumbre resulta difícil sentirse alegre. Escuchamos a diario noticias que nos generan preocupación y nos hacen sentir que no sabemos cuál camino seguir. Esto no significa que nos falte fe, o que se nos haya olvidado que Dios nos bendice. Simplemente la parte humana de nosotros que no puede visualizar más allá de lo que vemos y oímos, nos inquieta y preocupa.
Todos en algún momento de la vida hemos enfrentado situaciones difíciles y dolorosas. Es en esas circunstancias donde quisiéramos encontrar una luz que alumbre esa oscuridad que nos envuelve de manera que veamos con más claridad el camino por el cual el Señor nos va a sacar del problema. Sin embargo, muchas veces parece que esa luz no llegará. Es en esas circunstancias cuando Dios quiere que aprendamos a desarrollar fortaleza y perseverancia, esperanza y gozo sin importar lo que suceda.
El apóstol Santiago en su libro (Santiago 1:2,3) nos invita a sentir gozo en medio de las pruebas. Como alguien dijo:”eso es una píldora difícil de tragar”. Es natural sentirse poco animado y deprimido cuando hay problemas, Lo cierto es que las pruebas producen en nosotros resistencia, fortaleza en el carácter, esperanza y gozo. El gozo viene al saber que Dios está con nosotros y lo que busca al permitir que enfrentemos pruebas no es otra cosa sino hacernos mas puros y fuertes. Es un proceso parecido al que hace un joyero para pulir una piedra preciosa de manera que se vea su belleza.
Es cierto que aprender a regocijarse cuando hay sufrimiento no es fácil, pero podemos enfrentarlo con la certeza de que al final seremos más fuerte, tendremos un carácter firme y estaremos mejor preparados para disfrutar lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.
Nota: Les comparto una ilustración de mi Diario Devocional para este tema
