Es nuestra costumbre tener en el hogar un lugar dedicado para meditar, estudiar y leer tranquilamente. Por años un lugar así ha sido parte de nosotros y en el hogar donde vivimos, ya por más de 15 años, también lo tenemos. Sin embargo, este año 2021 se ha iniciado con muchos cambios y nuestro hogar no es una excepción. Tomamos una de las habitaciones que teníamos reservada para los nietos varones y la convertimos en nuestro lugar especial para la devoción y lectura.
Tal vez se preguntarán, ¿y qué va a pasar con los nietos cuando los visiten? Pues ellos tendrán otro espacio más grande porque ya se han crecido tanto que se hace necesario un espacio mayor para que puedan estar juntos cuando nos reunimos como familia.
En ese nuevo espacio hemos colocado dos sillones y un mueble con cajones para guardar cobijas, una mesita, una lámpara y un carrito movible con biblias, además de mis libros de recetas. También hemos colocado los instrumentos para acompañar nuestras alabanzas y disfrutar de música especial. Cada mañana pasamos una hora aproximadamente juntos estudiando y compartiendo las lecciones espirituales que obtenemos del estudio de la Biblia. De igual manera mi esposo muy temprano en la mañana se va a ese cuarto para leer algunos libros y orar. Yo también disfruto la quietud y la paz que el nuevo lugar nos brinda.
Mi consejo personal es que identifiquen un lugar en su hogar donde puedan tener esos momentos para meditar y encontrarse con el Señor sin interrupciones.
