Alimento para el Alma

Juan y el Ladrón

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Juan Wesley realizaba un viaje misionero cuando fue interceptado por un ladrón que le exigió:
-¡La bolsa o la vida!
Mientras le entregaba sus pertenencias, Juan le dijo al malviviente;
-Algún día te pesará la vida que llevas. Recuerda entonces que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado.

Años más tarde un desconocido se acercó para saludarlo:
-Señor, ¿recuerda el día cuando le robaron el bolso?
Yo era ese ladrón y el texto que me dejó, además de su buen trato, me cambiaron la vida. Ahora soy cristiano… y aquí tiene su dinero.

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